Utah y el poder de la erosión

Al menos una decena de rutas de senderismo, tres zonas horarias y un reloj: Utah es una aventura digna de un Grand Seiko.

¿Tu reloj es tan “todoterreno” como asegura ser? Llévalo al sureste de Utah como hicimos con este GMT de Grand Seiko. Sin duda, el destino perfecto para comprobar las capacidades aventureras de un guardatiempo. Como tú, en la vastedad de estos parajes tu reloj estará a veces bajo el sol inclemente, otras en la oscuridad de una cueva, casi siempre cubierto de arena y en ocasiones bajo el agua helada de ríos de corriente impredecible. Además de estar sujeto a los cambios y caprichos de su usuario. Ya sea enfrentándose al sudor provocado por caminatas de varios kilómetros en el desierto o luciendo «como si nada» en el restaurante de autor más nuevo del lugar.

Hacer estas pruebas no es tan alocado como se lee. Después de todo, son exactamente las que superó sin quejas el Grand Seiko SBGJ237 Sport GMT. Un guardatiempo que la firma japonesa describe como “hecho para los viajeros globales”. A lo cual han atinado porque ser un GMT ya no basta en una época en la que quienes recorren el mundo no se conforman con ver paisajes increíbles, sino que buscan retarse a sí mismos entre ellos.

El brazalete de acero aporta seguridad sin arriesgar confort: es posible recorrer kilómetros en sin sentir molestias.
Los caminos de Utah

El presente de Utah es el pasado y el futuro del mundo. Sus cañones y desiertos, que hace millones de años fueron parte de mares y volcanes que jamás pudimos ver, se han convertido en uno de los sets más famosos para recrear Marte en producciones de Hollywood. Nuestra historia y nuestros anhelos conviven en su delicada arena roja coloreada con óxido de hierro a través de siglos de erosión. Y, pese a que a primera vista sus paisajes pueden parecer tan hostiles como los del planeta rojo, esta área de Estados Unidos es una de las favoritas de senderistas de todo el mundo que, cada año, visitan sus parques nacionales y estatales. Bryce Canyon —con cielos tan oscuros que puede verse la Vía Láctea y circuitos de hicking rodeados por misteriosas formaciones rocosas llamadas hoodoos—, Kodachrome Basin —bautizado en honor al famoso rollo fotográfico con el que la National Geographic Society documentó sus colores en 1949— , las enormes dunas de arena de Coral Pink y, por supuesto, el célebre Zion, uno de los parques nacionales más fotografiados con un registro promedio de 4.5 millones de visitantes al año.

Las ventajas de viajar a Utah un GMT de Grand Seiko

Para una aventura que exige recorrer al menos un poco de todo lo anterior, es necesario tener un buen compañero. Uno que además de puntual y resistente sea sencillo y elegante. No había duda en cuanto a que el Grand Seiko SBGJ237 Sport GMT era la mejor elección. Y es que su capacidad de mostrar de manera fácil y simultánea tres zonas horarias diferentes era necesaria en este viaje. La manecilla blanca —la de casa— mostraba la hora en Ciudad de México (porque todo nómada digital atiende compromisos aún en medio del desierto). El bisel giratorio marcaba el tiempo de Las Vegas (desde donde conviene tomar los vuelos para llegar y salir de esta zona de Utah). Y las manecillas centrales se encargaban de la precisión en territorio utaheño porque no hay nada como contar el récord personal de cada hike.

La función GMT nos permitió estar a tiempo en Utah, Las Vegas y Ciudad de México.
Prueba superada

Después de un circuito que incluyó cuatro ciudades (St. George, Kanab, Bryce y Springdale) al menos nueve rutas de senderismo y tres cenas formales en solo cinco días, el SBGJ237 Sport GMT comprobó ser una de las mejores opciones de relojes deportivos de lujo que ofrece el catálogo de Grand Seiko. Una combinación de elegancia y robustez perfecta para los trotamundos actuales. Nos quedó claro el último día de aventura en Utah. Caminando entre las heladas aguas del río Virgin —en la ruta que tiene a bien llamarse The Narrows— enfrentamos la estrechez del cañón, la fuerza de la corriente y la vólatil naturaleza de las rocas, a veces aliadas otras un peligro. Todo mientras, pese a la concentración que requería el sendero, era imposible dejarse llevar por el asombro. Y es que, en este paraje boscoso, el agua se siente como una solución a cualquier complejidad de la vida tras días en el desierto. Una historia luego contada con satisfacción ante copas de vino. Y, claro, un rib-eye perfectamente (no)cocinado en la parrilla de Switchback Grill, restaurante imperdible a las orillas de Zion.

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