Estas icónicas mujeres mexicanas no solo portaron joyas y relojes valiosos, los convirtieron parte de su identidad. Desde divas de antaño hasta embajadoras contemporáneas del lujo, estas cinco figuras nos enseñan que estas piezas no son solo un ornamento, sino una extension íntima de nuestra personalidad.
1. María Félix
La diva del cine de oro mexicano no solo era una mujer talentosa y empoderada. Reflejaba su poder a través de la moda. Fue un ícono de la moda global, abriendo la conversación del lujo en México. A lo largo de su vida, nos regaló looks memorables y un gusto por la alta joyería que dejó legado y muchas historias que contar.
Su relación con Cartier era una de las más legendarias de la alta joyería. Porque si María iba a llevar una joya, tenía que ser como ella: espectacular, teatral, única. En 1968, encargó a Cartier una joya que desafiara las leyes del diseño para la época: el collar Serpiente, con 57 cm de largo, estructura interna móvil, pavé de 2,473 diamantes y alma de platino. Hoy forma parte de la Collection Cartier como ícono del savoir-faire de la maison y del carácter indomable de “La Doña”.
Pero como toda estrella que deja huella, su legado también se escribe con leyendas —y no hay nada más poderoso que un mito de moda. Se cuenta que, en 1975, María entró con un cocodrilo bebé a una boutique de Cartier en París y pidió que le hicieran una copia exacta… en joyas. Así nació una obra maestra dual: dos cocodrilos diseñados para usarse juntos como gargantilla o por separado como broches. Uno en oro amarillo con 1,060 esmeraldas; el otro en oro blanco con 1,023 diamantes amarillos. Ambos con ojos de rubíes cabujón.
2. Belinda
Desde sus inicios en el mundo del espectáculo, Belinda ha demostrado ser un fashion icon, regalándonos frases inolvidables en televisión, canciones que hemos gritado a todo pulmón y proyectos actorales con los que hemos reído y llorado. En Mentiras, la serie, gran parte del vestuario provino directamente de su propio clóset —una curaduría personal que hoy forma parte del imaginario pop contemporáneo.
Musa para muchos… ha convertido su estilo en un lenguaje poderoso. Fanática de la alta joyería, se le ha visto portando piezas de Cartier, Tiffany & Co., Bvlgari y joyería mexicana contemporánea, especialmente durante alfombras rojas donde el brillo acompaña su identidad escénica.
En 2023 durante el SIAR, su carrera dio un giro significativo en el universo de la alta relojería: fue nombrada embajadora oficial de Hublot, convirtiéndose en la primera mujer mexicana en representar a la casa relojera suiza –junto con Ana de la Reguera–. Con esta colaboración, no solo reforzó su vínculo con la alta relojería, también abrió una conversación clave sobre la presencia femenina en un mundo históricamente masculino. Ella sigue ganando como siempre…
Ve el reloj que usó Beli en Mentiras, la serie: Los relojes de Mentiras son de «adevis».
3. Salma Hayek
Mucho antes de volverse un ícono global, Salma ya era leyenda en México. Nos regaló escenas inolvidables en la televisión nacional, rompió barreras en Hollywood y —cómo olvidarlo— nos enseñó la forma correcta de tomarnos un tequila: con estilo y sin pedir permiso.
Cuando se trata de joyas, Salma no se guarda nada. Es maximalista y orgullosa de serlo. Ama las piedras grandes, los diseños audaces y las combinaciones que gritan carácter. La hemos visto brillar con piezas de Gucci High Jewellery, Boucheron, Lorraine Schwartz, YSL, entre otras, pero siempre fiel a su esencia: latina, poderosa y deslumbrante.
4. Silvia Pinal
Con más de 60 años de trayectoria en teatro, cine y televisión, Silvia Pinal fue una de las grandes divas del espectáculo mexicano. Una mujer que brillaba en escena y fuera de ella, siempre impecable e inolvidable. Silvia fue fiel a un estilo maximalista, elegante y lleno de color. Vestía como vivía: con fuerza. Como dijo su bisnieta Michelle Salas durante su funeral, fue una mujer adelantada a su época.
Y como toda diva, amaba los detalles: las joyas la acompañaron toda su vida, pero también los relojes. Aunque muchos datos sobre su colección siguen envueltos en misterio, existen imágenes donde se le ve portando relojería, como el icónico Cartier Ballon Bleu, además se le vio con modelos de Swarovski, Versace o Bertolucci Pulchra que habría sido robado en un escándalo muy sonado.
5. Frida Kahlo
Frida no usaba joyas para impresionar. Como buena artista las usaba para resistir, representar y narrar. Amante de la joyería tradicional mexicana, especialmente la oaxaqueña y tehuana, solía portar collares de jade, coral, plata y monedas que hablaban de su fuerte identidad visual, su dolor, su ideología y su deseo.
En sus autorretratos —su forma más íntima de expresión— las joyas no eran adornos: eran escudos y gritos contenidos. En uno de ellos, pintado tras un aborto espontáneo en Detroit, Frida aparece con un collar precolombino de jade que no solo adorna su cuello. Su rostro, sereno pero firme, lleva por primera vez una sombra de bigote, reclamando su cuerpo en su totalidad. Esta obra fue la primera que pintó tras esa tragedia. El mensaje detrás es claro: las joyas no son solo ornamentos para embellecer, son armas que solo nosotras sabemos usar. Nos empoderan, nos dan fuerza.
Su legado ha inspirado a generaciones enteras, dentro y fuera del arte. Recientemente, la casa de joyería mexicana TANE creó la colección Frida Kahlo por TANE, la más extensa en su historia: 47 piezas divididas en cinco universos, que buscan explorar las múltiples dimensiones de la mujer que redefinió lo que significa ser artista en Latinoamérica.
