La incursión de Cartier en la naturaleza no tiene intenciones de dulcificar o domesticar. Por el contrario, esta Maison celebra la majestuosidad de lo salvaje y, para ello, ha creado piezas que hoy son una familia entera. La llamada Fauna Cartier es una colección que revisita el poder animal desde la alta joyería, uniendo el instinto con el savoir-faire. En el corazón de su universo, la pantera —emblema de Cartier desde 1914— sigue reinando con elegancia feroz. Su silueta se multiplica en collares, anillos y relojes que combinan oro blanco, amarillo o rosa con diamantes, ónix y esmeraldas.
La historia de este felino dentro de Cartier comenzó con una caja de reloj moteada y creció hasta transformarse en símbolo de fuerza y libertad. Hoy, su presencia dialoga con tigres, cebras y cocodrilos, en un hábitat que mezcla exuberancia y escultura, donde los animales parecen moverse con la vitalidad de un sueño precioso.
Savoir-faire animal
Detrás de cada pieza late una técnica que Cartier ha elevado a arte. El serti pelage, distintivo de la Maison, reproduce la textura del pelaje mediante diminutos filamentos de metal precioso que envuelven piedras talladas a mano. Este método logra un efecto casi orgánico: los diamantes se comportan como piel, los ónix se convierten en manchas y los zafiros en trazos felinos.
Desde su taller de Métiers d’Art en Suiza, la casa perpetúa saberes ancestrales como la glíptica —escultura de piedras finas— o la técnica de la cera perdida, que permite reproducir la anatomía de un cocodrilo o el gesto pausado de un tigre con una fidelidad hipnótica. Cada pieza requiere meses, incluso años, de investigación y ejecución artesanal.
Ve a Ilse Salas portar joyas de la Fauna Cartier en la entrevista que nos dio para TDR Woman #03
Mujeres que llevan la fuerza de la fauna
A lo largo de las décadas, esta joyería salvaje ha seducido a mujeres con carácter propio. Barbara Hutton lució un broche de tigre en la boda de su hijo; María Félix encargó un collar de serpiente articulado y otro de dos cocodrilos desmontables —una creación legendaria que Monica Bellucci revivió en Cannes 2006—. Más recientemente, Elle Fanning y Zoe Saldaña han llevado las piezas Indomptables de Cartier, uniendo generaciones a través del magnetismo animal.