En la relojería hay piezas que brillan por su precisión y otras que, gracias al diseño y las piedras preciosas, deslumbran de manera 100% literal. Con su colección L’Heure du Diamant, Chopard ha perfeccionado el arte de hacer ambas cosas. Y desde hace décadas. Porque esta, para nuestro deleite, no es una historia nueva, sino una que ha ameritado una retrospectiva de museo. La muestra L’Heure du Diamant de Chopard acaba de celebrar su inauguración en París y, gracias a su naturaleza itinerante, pronto anunciará nuevos destinos para que podamos disfrutarla.
Pero regresemos al inicio de la historia, que data del nacimiento de la Maison en 1860. Y es que es desde ese entonces que Chopard ha entrelazado dos mundos —el de la relojería suiza y la alta joyería— en una danza creativa que no deja de reinventarse y en la que también se cuenta la historia de la dinastía Scheufele, clave en consolidar el savoir-faire que hoy distingue a Chopard. Con raíces en Pforzheim (la cuna alemana de la orfebrería), esta familia ha estado comprometida con la unión de estos dos universos de belleza y precisión.
Recordemos que, en 1912, Karl Scheufele I rompía esquemas al transformar relojes de bolsillo en relojes que podían llevarse en la muñeca por medio de un clip —precursor de los relojes de pulsera—. Además de ya ser conocido como «el maestro de los relojes joya». Los Scheufele fueron adquiriendo reconocimiento por el innovador trabajo que hacían en su primera manufactura —llamada ESZEHA— en la que destacaban atrevidas formas geométricas, engastes y estilo art déco. Y, para cuando Karl Scheufele III (nieto de Karl Scheufele I) adquirió Chopard en 1963, todo este mundo creativo pudo ampliarse, permitiendo la unión de las dos pasiones de la familia: los relojes suizos y la joyería de lujo.
L’Heure du Diamant de Chopard: el tiempo en clave brillante
Desde entonces, Chopard ha hecho de los relojes-joya un lenguaje propio. Con formas atrevidas, piedras preciosas y movimientos de alta relojería, cada pieza de L’Heure du Diamant cuenta una historia de elegancia y audacia. Basta recordar el legendario Chopardissimo de 1997, un modelo que brillaba con 874 diamantes (sí, leíste bien).
Más recientemente, la colección se ha renovado con guiños al pasado y una mirada moderna. En 2024, Chopard presentó el calibre 10.01-C, el movimiento automático propio más pequeño y delgado del mercado. Y este 2025, la colección da un paso aún más poético. Incorpora, por primera vez, una complicación de fase lunar que suma sensibilidad técnica a su belleza.
Flores y diamantes
Para celebrar esta evolución, Chopard lanza una campaña protagonizada por Bella Hadid, rodeada de flores (un guiño nostálgico a sus catálogos vintage). Además, la exposición itinerante L’Heure du Diamant muestra más de 15 relojes deslumbrantes que recorren desde su herencia más icónica hasta sus creaciones contemporáneas. Nos urge verla.
