La Habana art déco siempre ha sido un punto de partida sugerente para pensar el lujo. Allí, la luz tropical se filtraba entre geometrías y la música, además, parecía diseñar el ambiente. Esa combinación definió una estética que entendía el glamour como actitud, no como exceso. Sobre ese archivo cultural, más sensorial que histórico, Cuervo y Sobrinos introduce ahora una nueva lectura en su Primera Dama con cuatro carátulas de piedra natural trasladan esa energía a un lenguaje contemporáneo.

Green Turquoise, Light Blue Sandstone, Red Jade y Tiger Eye no funcionan solo como colores. Cada una actúa, además, como una materia que respira. Las piedras guardan vetas, brillos y profundidades distintas. En cambio, ninguna se comporta igual bajo la luz. Por ello, cambian con el día y con quien las lleva. Esa singularidad, nunca repetible y nunca exacta, sitúa esta evolución en sintonía con una generación que busca piezas con identidad propia.
Proporciones, técnica y ergonomía: una arquitectura pensada para hoy
El diseño se mantiene fiel a las proporciones que han hecho de la Primera Dama una pieza reconocible. La caja de 36 mm, los 7.8 mm de grosor y el cristal de zafiro doblemente curvado generan, además, una presencia equilibrada. Las asas suavizadas abrazan la muñeca sin rigidez y, por otra parte, aportan comodidad en el uso diario.
Los tres diamantes engastados a las ocho actúan como un punto de tensión visual que ordena la carátula sin dramatizarla. En el interior, el calibre Ronda 772 ofrece precisión y practicidad. Así, se adapta al ritmo de muchas coleccionistas jóvenes que prefieren fiabilidad sin mantenimiento constante. De este modo, las opciones de correa de aligátor de Luisiana en tonos coordinados o el brazalete de acero amplían la versatilidad. El reloj transita del día a la noche con naturalidad y, además, equilibra minimalismo y glamour con coherencia.
Una feminidad consciente que elige materia antes que ornamento
En un mercado donde la relojería femenina suele oscilar entre lo decorativo o lo genérico, la Primera Dama propone otra dirección. Aquí, la belleza nace de la materia y, por ello, evita el adorno innecesario. Las carátulas de piedra natural ofrecen una singularidad auténtica, alineada con una generación que valora artesanía, trazabilidad y piezas que expresen identidad sin imponerse.
Los 36 mm sitúan al reloj en un territorio contemporáneo. Es una dimensión genderless, versátil y funcional. Además, se integra con estilos frescos, tailoring suave o joyería fina. Finalmente, la historia cubana de la maison, sumada a esta evolución mineral, construye un lenguaje que se siente propio del presente.