En su colección de Alta Costura Primavera-Verano 2025, Chanel hace un homenaje a la alquimia cromática de Gabrielle Chanel. Si bien el negro fue su manifiesto de modernidad, su genio radicaba en su audaz dominio del color. Desde los blancos etéreos hasta los matices más vibrantes, su paleta era un lenguaje de contrastes, que hoy se reinterpreta en clave de Alta Costura tazando una nueva era para la Maison que, este año, celebra 110 años de ser historia y vanguardia en la moda.
la eternidad en movimiento
En el majestuoso Grand Palais, Chanel, transformó el espacio —bajo la visión de Willo Perron— en una pasarela circular como símbolo del infinito. Destacando la exploración del color que hace la colección, cada tono y matiz, sumados a la música original de Gustave Rudman en colaboración con Michel Gaubert, creaban una sinfonía sensorial.
herencia y reinvención
En su 110 aniversario en la alta costura, Chanel da un paso decisivo hacia el futuro con su colección Primavera-Verano 2025. Esta vez diseñada por el Estudio de Creación de la Maison, mientras Matthieu Blazy —su nuevo director creativo, antes en Bottega Veneta— se prepara para su debut en octubre. Esta propuesta celebra el legado de Chanel, pero también abre nuevas puertas hacia las generaciones actuales, fusionando tradición con una frescura contemporánea. La paleta vibrante de pasteles y la silueta relajada reflejan un enfoque juvenil, alejándose del rigor clásico sin perder la esencia que ha convertido a Chanel en un ícono de la alta costura. En esta nueva etapa, la presencia de celebridades como Kylie Jenner —quien sorprendió como invitada de la marca, luciendo un conjunto de tweed— subrayó este giro generacional, reafirmando que Chanel sigue siendo un símbolo de elegancia atemporal.
modernidad y savoir-faire
La silueta de la colección es flexible y aireada, alejándose del traje de tweed clásico pero manteniendo la referencia al legado de Chanel. Faldas por encima de la rodilla y chaquetas cortas crean un equilibrio moderno. En tiempos de moda sombría, la paleta de pasteles —verde menta, rosa fondant, malva y coral— introduce un toque de optimismo. Cada pieza refleja el savoir-faire de Chanel, con detalles como tweeds bordados con trompe-l’œil, encajes y chiffones que imitan texturas, botones de cristal en forma de lunas y soles, y forros satinados en colores vibrantes.