Nos encanta vernos bien, pero el día a día a veces no coopera. Entre los cambios de clima rarísimos, la contaminación de la ciudad y ese café que nunca alcanza, nuestra piel lo reciente —y nuestros labios ni se diga. Se secan, se agrietan, se olvidan de su brillo natural. Pero justo cuando pensábamos que ya no había nada que hacer más que resignarnos al bálsamo aburrido de siempre… apareció Lip Idôle JuicyTreat de Lancôme: jugoso como un gloss, nutritivo como un suero, y lo mejor… con un efecto mentolado que se siente como un mini spa en los labios.

¿Y qué tiene de especial?
Entre sus secretos mejor guardados, Lip Idôle JuicyTreat está cargado con un 20% de escualano. ¿Escu-qué? Te cuento rapidito: es un aceite ligero que tu piel reconoce al instante porque imita sus propios lípidos. Eso significa hidratación profunda, cero grasa y un glow natural. Además, protege tus labios de todo lo que enfrentamos en la ciudad (gracias, antioxidantes).

A eso súmale ácido hialurónico y Maxi-Lip para que tus labios se sientan más sanos, más suaves y con ese efecto juicy que dura y dura… Y lo mejor: sin la sensación pegajosa de un gloss normal. Lancôme nos promete que aquí no se queda ningún pelo atrapado…
El aplicador sabe lo que hace
El aplicador tipo maxi, pero nada exagerado, se adapta a la forma de tus labios como si ya los conociera. Suave, preciso y sin dramas. Con una sola pasada tienes lo justo, sin dejar charcos ni sentir que te embarraste miel. Diez tonos en total. Desde el clásico transparente hasta ese nude que siempre buscas y nunca encuentras. Este gloss-serum es perfecto para usar solo, sobre tu lipstick favorito o como toque final para verte como la protagonista de tu propia serie.

Y el glow… va más allá del brillo
Porque no solo deja los labios lindos al momento, sino que con el tiempo los ves más suaves, más rellenos y más saludables –Pssst… no es casualidad. Es el escualano hidratando a profundidad, el ácido hialurónico atrayendo agua como imán y el Maxi-Lip estimulando ese efecto volumen –. JuicyTreat es el equivalente a cargar un pequeño secreto de poder en tu bolso. Porque a veces, el brillo que más necesitamos… empieza en la sonrisa.

