Bird on a Rock Legacy, la nueva interpretación relojera de Tiffany & Co., toma vuelo junto a uno de los íconos más memorables de la alta joyería. Esta vez, el legendario broche creado por Jean Schlumberger se posa, literalmente, sobre una carátula de nácar blanco, y lo hace con tanta gracia como precisión.

Bird on a Rock Legacy de Tiffany & Co.: Del broche al tiempo
Jean Schlumberger, autodidacta y soñador, imaginó un pájaro fabuloso encaramado sobre una gema de gran tamaño allá por 1965. El resultado fue Bird on a Rock, un broche que se convirtió en emblema de Tiffany & Co. y del diseño joyero del siglo XX. En 2025, ese mismo espíritu se transforma en el Bird on a Rock Legacy, un reloj donde el tiempo es apenas el pretexto para celebrar el ingenio.

La figura miniatura del ave, esculpida a mano en oro de 18 quilates, está engastada con 119 diamantes y un zafiro rosa en el ojo. Cada detalle —de las garras a la carátula floral inspirada en la casa caribeña de Schlumberger— es un guiño a la fantasía y a la obsesión por los acabados que solo la alta joyería permite.
Una gema, mil historias
Disponible con morganita, tanzanita o aguamarina, cada versión del reloj propone una narrativa distinta. La morganita, bautizada así por el mismísimo Dr. Kunz en honor a J.P. Morgan, ofrece tonalidades durazno que enamoran. La tanzanita, descubierta a los pies del Kilimanjaro, aporta ese azul profundo con destellos violetas que parecen cambiar según tu estado de ánimo. Y la aguamarina, con su calma acuática, completa el trío con elegancia cristalina.

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Tiempo engastado con luz
Este reloj de 36 mm brilla literalmente por dentro y por fuera. Son 587 diamantes distribuidos en caja, bisel, carátula y hasta en la hebilla en forma de T. Pero más allá de la opulencia, lo que enamora es la narrativa visual: una apertura trasera con lupa revela el reverso de la gema como si el reloj guardara un secreto solo visible para quienes se detienen a mirar.
