Este otoño, Pandora estrena Talisman, una colección que cambia el foco: menos ornamento, más significado. La inspiración viene de las monedas antiguas y de su poder para condensar identidad, valores y tiempo en un objeto pequeño. Aquí, esa herencia se traduce en texturas deliberadamente imperfectas, relieves que atrapan la luz y frases que funcionan como mantras personales. El giro es claro: una estética basada en narrativa, textura y belleza de lo imperfecto, pensada para leerse en clave íntima, no solo decorativa.

Doce talismanes, muchas biografías posibles
La colección arranca con doce diseños que combinan símbolos arquetípicos (corazones, lunas, estrellas, flechas) y inscripciones en latín que resuenan hoy: desde amor vincit omnia (“el amor todo lo puede”) hasta per aspera ad astra (“a las estrellas a través de las dificultades”). Hay una pieza con nácar artificial y chapado en oro de 14 quilates para sumar profundidad cromática; otra, la de mayor tamaño grabada con flechas, subraya ideas de dirección, esperanza y crecimiento. El resultado no es un alfabeto rígido, sino un vocabulario abierto para armar relatos personales. ¿Los materiales utilizados?: plata de ley, chapado en oro de 14k y acabados en metales mixtos, lo que favorece mezclas, capas y contrastes que se sienten actuales en muñeca y escote.

Styling vivo, mensaje claro
Cada Pandora Talisman puede llevarse solo o en capas sobre dos collares de nuevo diseño creados para la colección, tanto en plata de ley como en baño de oro de 14k. Además, son compatibles con los collares Pandora ME, lo que abre el juego a una personalización más lúdica: construir una narrativa visual símbolo a símbolo, cambiar el orden según el día, sumar o quitar piezas para modular el tono.

La campaña, con talentos elegidos por su historia y valores, refuerza el punto: la joya como espejo, no como uniforme. “No se trata solo de estética, sino de lo que nos define”, sintetizan los directores creativos Filippo Ficarelli y Francesco Terzo.
