La vida es bella

La Vie est Belle L’Elixir es la nueva fragancia de Lancôme que celebra el amor propio y abraza la felicidad de ser mujer.

Ya no se trata de cumplir expectativas externas, sino de encontrarlas dentro de una misma. En este contexto, Lancôme reinterpreta una de sus fragancias más icónicas para crear La Vie est Belle L’Elixir, un aroma que explora el poder de la autenticidad y el amor propio.

Con una composición floral amaderada gourmand, La Vie est Belle L’Elixir de Lancôme tiene una nueva dimensión de intensidad. Creada por dos renombrados perfumistas, Antoine Maisondieu y Christophe Raynaud, combina un absoluto de hoja de violeta con la calidez de la manteca de cacao, equilibrada por un licoroso acorde de frambuesa y las notas cítricas de la bergamota y la mandarina verde.

El resultado es una fragancia sofisticada donde la violeta y la rosa se entrelazan para formar un bouquet moderno. En las notas de fondo, el cacao y un acorde de ante aportan profundidad y sensualidad, creando una estela que celebra la individualidad y la autoexpresión. Esto es algo que se presiente a primera vista gracias a su frasco que, diseñado por Suzanne Dalton, refleja una dualidad poderosa: curvas suaves que evocan feminidad y líneas definidas que sugieren modernidad. La icónica “sonrisa de cristal” de La Vie est Belle está grabada en el vidrio, simbolizando la conexión personal que inspira esta fragancia.

La vie est belle L’Elixir de Lancôme, un diálogo visual sobre la felicidad

La nueva campaña de La Vie est Belle L’Elixir de Lancôme fue dirigida por Damien Chazelle, quien hace del concepto del amor propio una experiencia cinematográfica. Julia Roberts, con su encanto y autenticidad, protagoniza una historia que redefine la felicidad desde una perspectiva íntima y personal. Ambientada en París y filmada en 35 mm, cada escena captura momentos de libertad y autoafirmación. Mientras tanto, la banda sonora de Justin Hurwitz amplifica la narrativa.

La fotografía de Mario Sorrenti complementa esta visión mostrando a Roberts con su icónica sonrisa como símbolo de alegría y empoderamiento. Así, La Vie est Belle cierra un capítulo más con un mensaje claro: la verdadera felicidad nace del amor propio y la autenticidad.

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