Primavera en NYC: estas son las expos que tienes que ver

Guía de arte en NY | Del MoMA al MET, exposiciones florecen en cada rincón de Nueva York durante la primavera.

Primavera en Nueva York no solo significa quitarse el abrigo. También implica volver a mirar. Volver a entrar. Volver a sentir. Esta temporada, los museos más emblemáticos de la Gran Manzana se transforman en estaciones de tránsito emocional. Allí florecen artistas que hablan con flores, con gestos, con rabia, con luz. En esta ruta imperdible por los museos en Nueva York durante esta primavera, lo femenino, lo político, lo espiritual y lo material se entretejen en salas que no son solo espacios expositivos: son mapas para perderse con intención. Porque sí, a veces lo mejor del arte es cómo nos guía sin decirnos a dónde vamos.

Primera parada: Del alma a la flor

En Midtown, el MoMA se convierte en un jardín secreto. What Stands Behind the Flowers, de Hilma af Klint , es una experiencia que se vive como una oración visual: acuarelas que susurran a la naturaleza, símbolos que invocan energías invisibles. La artista sueca, precursora del arte abstracto, encuentra aquí una segunda primavera.

Muy cerca, en Greenwich Village, el recién renovado Grey Art Museum abre sus puertas con una declaración poderosa: Anonymous Was A Woman. Cuarenta y una artistas —y veinticinco años de historias— tejen una narrativa en donde el arte deja de ser masculino por defecto. Aquí, cada obra es una forma de resistencia silenciosa que pide ser mirada con respeto y asombro.

Segunda parada: Miradas que incomodan y acarician

Cruzamos el puente y llegamos al Brooklyn Museum, a la memoria colectiva con Consuelo Kanaga: Catch the Spirit, una retrospectiva que regresa al museo que resguarda la colección más extensa de su obra. Durante seis décadas, Kanaga usó su cámara no solo para observar, sino para denunciar la pobreza urbana, el racismo estructural, los derechos laborales negados. Casi 200 piezas —entre fotografías, películas y fragmentos efímeros— dan forma a este recorrido íntimo y político por la historia social de Estados Unidos. En cada retrato, una vida. En cada escena, una declaración. Kanaga no solo capturaba imágenes: iluminaba lo que otros preferían ignorar.

De vuelta en Manhattan, el Whitney Museum convierte el arte en parte del paisaje urbano. La artista Amy Sherald, conocida por su retrato de Michelle Obama, toma el billboard de Gansevoort Street como si fuera un lienzo callejero. Sus retratos no posan: habitan. Y en ese habitar cotidiano, se vuelven monumentos a lo real, a lo presente, a lo que merece ser inmortalizado sin filtros.

Tercera parada: Espirales, monstruos y otras formas de belleza

El Guggenheim, con su arquitectura en espiral, presenta By Way Of: Material and Motion, una exhibición que convierte el movimiento en protagonista. Las obras, muchas pertenecientes a la colección permanente, invitan a recorrer el museo con el cuerpo, con el ritmo, con los ojos en danza. Es una experiencia sensorial que se siente más que se entiende.

Para cerrar esta ruta por los museos en Nueva York durante esta primavera, el Metropolitan Museum of Art presenta Monstrous Beauty: A Feminist Revision of Chinoiserie, una exposición que desmantela los sueños de porcelana que Europa construyó sobre el Oriente. A través de casi 200 piezas —de porcelana del siglo XVI hasta instalaciones contemporáneas de artistas asiáticas y asiático-americanas— la muestra reimagina el estilo chinoiserie desde una mirada feminista. Lo que antes fue símbolo de exotismo, fragilidad y deseo, aquí se convierte en una herramienta de resistencia.

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